26 may 2008


CARLOS BERGLIAFFA


PRODUCCIÓN BORNORONI - L. R. B. JEREMÍAS II





Pulqui 1, souvenir justicialista. Daniel Santoro
El 4 de junio de 1993 llegué a la clínica Bermann. Ese día comencé mi pasantía para graduarme de licenciado en psicología. Uno a uno fueron llegando mis compañeros. Nos juntamos en el pabellón Sigmund Freud y después nos llevaron al pabellón José Ingenieros, de pacientes agudos.
Allí estaba Roberto, con un pasamontañas azul, arrodillado en la «vereda» del pabellón, la frente apoyada contra la pared, tomándose con una mano las medallas y rosarios que se hacían un nudo en su pecho y golpeándose con ese puño en un gesto de constricción profunda.
Mario nos dijo: No lo vayan a interrumpir cuando está rezando y no le digan Bagneffi, él dice que es Bornoroni.

En ese momento registré los apellidos, a los dos los conocía: Bornoroni, el de unos vecinos de la casa de mi infancia; Bagneffi, por la fábrica de radiadores para Rastrojero.
Recién después, en el momento de leer mis notas para escribir el informe de la pasantía, este decir de Mario tomó el valor de dos indicaciones que tenían una notable precisión clínica.
Roberto recorrió varias vías divergentes en sus encuentros conmigo, entre ellas su relación con Dios y esos dos apellidos.
Con el paso de los años pude reconocer que a partir de ese momento lo «localicé» entre los demás pacientes por los apellidos y que incluso esas indicaciones muy probablemente afectaron mi posición.
En este momento todavía están presentes mi llegada, la primera mañana, ¡qué angustia!, ya no era un estudiante, me tocaba a mí, no había «adultos» que respondieran en mi lugar, se trataba de mí; y el reconocimiento de dos analistas que trabajaban en la clínica porque sus nombres aparecían en los cartels de traducción de la revista Littoral –para no estar tan solo en este inicio–; y este primer encuentro con Roberto Bornoroni.

Sí, el que habló fue Mario. Es más, Roberto siguió allí y nosotros pasamos nada más, eso fue todo en aquel momento.
Mario, hablando de Roberto o en lugar de Roberto.
Esa escena es un mapa de la dificultad por la que Roberto estaba atravesado–atravesando: había complicaciones para los otros en afirmar junto a él la determinación de su lugar.
A pesar de sus años de internación, permaneció en el pabellón de agudos.

Varios días después elegí llevar adelante mi práctica en el pabellón Marie Langer, de pacientes crónicos. Hubo varios puntos que determinaron esa elección y la manera en que comencé a dar los primeros pasos en la clínica. Pasos que, no lo sabía, iban a ser decisivos: por un lado yo llevaba varios años de análisis con un analista de la escuela lacaniana, que comencé casi al iniciar la carrera de psicología; por otra parte, durante mis estudios me topé con una versión del psicoanálisis que, según decía una compañera era de cuarta:
Nosotros estudiamos... un apunte del profesor... que dice que Lacan dijo... lo que Freud dijo.

Esta versión universitaria se contraponía palmo a palmo con mi experiencia en el diván y con los estudios que hacíamos con mis compañeros de los Escritos de Lacan, algún seminario y las revistas Littoral. Esto me planteó durante esos años la alternativa: o lo que yo hacía como analizante no era psicoanálisis, o el psicoanálisis era otra cosa que lo que nos enseñaban en la universidad.
Por la vía académica no había posibilidades y acepté el desafío de la pasantía.
También, en ese mismo sentido, se inscribió mi elección de pabellón –Marie Langer– y de servicio –Talleres y Acompañamientos– ya que las responsables de cada uno de los mismos eran esas dos analistas que conocía, eso me permitía empezar mi propio camino, superando un poco el terror que sentía de iniciar una práctica en un loquero, tan vilipendiados por la docta lacaniana de la universidad. ¿Cómo era que analistas lacanianas trabajaban en un manicomio? ¡Raro! Además, analistas de la elp. Por un lado, me generaba preguntas, pero a la vez era un reaseguro.

Una mañana salía del taller y se me acercó Roberto, me preguntó el nombre y me mostró una nota de una revista de aviación, en la que se detallaban los planos de construcción de un avión, el Pulqui, del cual yo tenía conocimiento pues se diseñó y fabricó en la Fábrica Militar de Aviones Córdoba, lugar donde mi viejo trabajó más de cuarenta años, desde los diecisiete hasta morir en 1990. Después de aquello Roberto me dijo:
Doctor, ayúdeme a construirme un motor. (7 de julio de 1993)





Bocetos para proyecto pulqui. Daniel Santoro
El pedido me resultó inquietante por el construirme, que no tuvo para mí valor de equivocación.
Una tarde fui al pabellón a invitar a Roberto a jugar al fútbol y me dijo que no podía jugar, que no sentía las piernas, que las zapatillas le hacían doler los dedos por las uñas largas y me pidió que se las cortara, a lo que accedí. Después me dijo:
Ahora siento las piernas, vamos a jugar. (13 de julio de 1993)
Y empezamos una partida, cuyos movimientos iniciales duraron dieciséis meses, hasta octubre de 1994.

Los primeros seis meses Roberto me buscaba y me encontraba, venía hacia mí, me traía dibujos, relatos, cartas, planes y planos. Yo no tenía idea de que él estaba haciendo una fabricación conmigo, ya que los encuentros no estaban determinados, no había días ni horarios establecidos por mí. Eso no era un «tratamiento como la gente», solamente sucedía. Para mí, hasta ese momento, sólo significaba encuentros esporádicos. Los registraba por escrito, como «todo» lo que pasaba en mi transitar por la clínica.

Doctor, ayúdeme con las alas. (19 de julio de 1993)
Doctor: construí la fórmula de la bomba de hidrógeno. Tiene que estar en mi poder porque es peligrosa. Cuando caiga va a matar solo a los malos.
Este lugar es peligroso: encontré un llavín en la cancha y lo dejé allí porque sabía que usted lo cuidaba.Sí, usted es un amigo pulenta. Escríbame su nombre en este papel. Escribo “Carlos Bergliaffa” y se lo lleva. (20 de agosto de 1993)

Después del partido lo llamé Bagneffi. Se detuvo y me aclaró firmemente: Soy Lucrecio Roberto Bornoroni. Le perdono el error. No se confunda. Vaya a misa a expiar sus culpas.
Yo lo esperaba, usted me falló doctor.
Le expliqué que, primero, yo no había quedado en ir a verlo y que, además, esa semana había cambiado los días en que iba a la clínica, que en vez de los miércoles iba a ir los martes. Se enojó y lo saludé. Me cansó su prepotencia, aunque fuera evidente que él registraba qué días iba yo a la clínica. Él me contestó: Nos vemos el martes, ahora sí: el martes. (26 de agosto de 1993)

Yo estaba en el taller. Se sentó en la mesa en que yo estaba y dibujaba gráficos del motor Wankel, yo miré de pasada y me dijo: Hoy trabajamos mucho, ahora lo tenemos que hacer al motor en madera balsa, amigo pulenta. (31 de agosto de 1993)

Me dolía el hombro derecho. Él me escuchó comentando a mis compañeros y me dijo: Doctor me siento con el cuerpo todo destruido. Cuando usted esté bien me va a ayudar. Repito: ¡Cuando usted esté bien! (3 de setiembre de 1993)
...

Algo para leer

* Freud y Tausk, Albert Fontaine, Litoral 14, Lacan con Freud, ed. Edelp, Buenos Aires, 1993, páginas 92, 102 y 105.
* Ustedes están al corriente, hay una transferencia psicótica, Jean Allouch, Littoral Nº 7/8, Las psicosis, ed. Edelp, Buenos Aires, 1987.
* Derrames. Entre el capitalismo y la esquizofrenia, Gilles Deleuze, Ed. Cactus.Serie Clases, Buenos Aires, 2005.

24 may 2008

Bibliografía Digitalizada

Ponemos a disposición de los asistentes al seminario la bibliografía digitalizada del primer y segundo encuentro:

Jean Oury; Il Donc:

Gilles Deleuze; Conversaciones: http://www.bibliotheka.org/?/ver/3157


Jean Oury y Félix Guattari: La "menthe à l’eau"

Jacques Lacan: Seminario 22 - Clase 8
http://www.bibliotheka.org/?/ver/5936

Libertad de Circulación y Espacio del Decir
http://www.topia.com.ar/articulos/36oury.htm


Fernando Urribarri: Guattari - El paradigma Estético
http://caosmosis.acracia.net/wp-content/uploads/2007/06/el-paradigma-estetico.PDF

16 may 2008

ISLOTES RESPIRABLES

SEGUNDO ENCUENTRO



Argumento

Con la locura nos encontramos ante intentos de construirse que a veces no tienen fin, por medio del delirio, o haciendo esculturas bizarras, o rompiendo ladrillos, o recogiendo y amontonando objetos, o inventando una lengua, o actuando en su propio teatro privado, entre múltiples formas posibles. Quienes están en eso saben mejor que nadie que en esa construcción no hay intuiciones ni categorías a priori, ni trascendentes.

Pero muchas veces en las instituciones nos encontramos con la detención de esos intentos, con la locura cronificada, girando en redondo, con el derrumbe generalizado, la angustia insuperable, los delirios cortados de cuajo, con despojos considerados autísticos a quienes se les han quitado todas las herramientas necesarias para esa construcción.

Puesto que no se trata de una remodelación de la subjetividad –tal como habría preexistido antes de la crisis - sino de una producción sui géneris, la cuestión es cómo dar lugar a una disposición de las cosas que permita crear lo que Felix Guattari llama focos locales de subjetivación colectiva, a partir de agenciamientos (dirá Guattari), constelaciones (dirá Jean Oury) formadas por los individuos, el grupo, las máquinas u objetos inanimados que se manipulan, la arquitectura del lugar, los intercambios múltiples. Islotes respirables, campos libidinales con intensidades propias, una manera de ofrecer posibilidades diversificadas de rehacerse una corporeidad existencial, de salir de los atolladeros repetitivos y de re-singularizarse, en la vereda de enfrente de la homogeneización a la que actualmente se tiende.

Alicia Larramendy

Bibliografía

*Gilles Deleuze: Conversaciones. Pre-Textos. Cap. III, Michel Foucault, especialmente: 10. La vida como obra de arte y 11. Un retrato de Foucault.http://www.bibliotheka.org/?/ver/3157

*Felix Guattari: Caosmosis. Cap. 6: El nuevo paradigma estético, Cap. 1: Acerca de la producción de la subjetividad, Cap. 4: La caosmosis esquizo. Manantial, Argentina, 2006.

*Felix Guattari et Jean Oury: notas de Notas de la revista Recherches Nº 21, abril de 1976, Historias de La Borde.

*Jean Oury: Libertad de circulación y espacio del decir. http://www.topia.com.ar/articulos/36oury.htm

*Notas de Il Donc y de ¿A qué hora pasa el tren?

*Clínica Laborde: http://www.cliniquedelaborde.com/

*Jacques Lacan: Seminario La identificación, sesiones del 28-2-62 y del 7-3-62 http://www.bibliotheka.org/?/ver/5952

*Jacques Lacan: Seminario RSI, sesión del 18-3-75 y 8-4-75 http://www.bibliotheka.org/?/ver/5936

*Michel Foucault: Historia de la sexualidad, 2-El uso de los placeres, Siglo XX1, México, 1986. En especial: Conclusión.http://www.bibliotheka.org/?/ver/3047

EL PERTURBADOR SONIDO DE LA MATERIA



PRIMER ENCUENTRO


Argumento

Frente a la locura, pérdida de la realidad y autismo son términos cómodos para no escucharla, pues lo que ocurre no tiene nada que ver con una vida interior que desconozca la realidad. Los delirios toman la realidad, la historia, la política, los avances científicos, la economía. ¿Cómo hablar de pérdida de la realidad respecto de alguien que vive próximo a lo real de manera insoportable? Antonin Artaud, en uno de sus escritos, respecto de lo que le ocurre en sus momentos de quiebre, habla del surgimiento de “esa emoción que entrega al espíritu el perturbador sonido de la materia”.
La esquizofrenia es una ruptura, una irrupción, una brecha que arrastra a una especie de viaje a través de un “plus de realidad” a veces intenso y horroroso. Pero ese real, en sus facetas de exceso, de experiencias límite, revela algo común a todas las formas de constitución.

De allí dos cosas:
1- Lacan sostiene en los últimos años que sólo la materialidad no miente, que mientras el análisis no la alcance, no toque esa punta de real, será una estafa. Y sobre ese “sonido de la materia”, esa materialidad tan próxima, ese real en el que vive, la locura sabe y hace saber.
2- ¿Qué de la práctica con la locura? ¿Qué es lo que hace que esa brecha no se agrande hasta el derrumbe y que el estado agudo sobrepase su angustia sin dar lugar a un estado crónico embrutecido e incluso a un derrumbe generalizado como se lo ve en los hospitales? ¿En qué tipo de grupo, de colectivo eso puede darse?

Alicia Larramendy

Bibliografía

* Gilles Deleuze: “Conversaciones” – Pre-textos. Cap. III Michael Foucault, especialmente:10: La vida como arte y 11: Un retrato de Foucault.http://www.bibliotheka.org/?/ver/3157

*Felix Guattari: “Caosmosis”. Cap. 1: Acerca de la producción de la subjetividad.
Cp.4: La caosmosis esquizo. Cap.6: El nuevo paradigma estético.

*Jean Ouvry: “Libertad de circulación y espacios del decir”. http://www.topia.com.ar/articulos/36oury.htm.

14 may 2008

“Un psicoanálisis posible en mundos contemporáneos”




Abrir un espacio contemporáneo para el psicoanálisis conlleva quizás considerar un nuevo paradigma estético en el que la vida como creación -de obra y de vida como obra-, pone en juego una estética no trascendental de la existencia.
Esta es una cuestión en común con los estudios gay-lesbianos-trans-queer y los estudios culturales y de raza que muestran que postular la trascendencia y los Universales es un modo de ejercer dominio y disciplinar. Es también una cuestión común con esos otros marginados y silenciados, los locos y los llamados autistas, niños o adultos, que tienen mucho más en claro que los normópatas que uno se construye día a día, una y otra vez, y no precisamente en función de alguna trascendencia.
Respecto de la verdad tan apropiada por los saberes dominantes, si algo mantuvo Jacques Lacan a lo largo de su enseñanza fue que no hay ninguna verdad que el analista pueda entregar al analizante, pues ésta no está en ningún lado, ni en la profundidad, ni delante de ellos en la superficie. La verdad se produce cuando el analizante la realiza.
El recorrido para este año se ubica en continuidad con el del año pasado. El hecho de que el cuerpo sea el lugar de inscripción de las palabras, afectado por la materialidad de las mismas, implica un tratamiento de los signos no como representación de las cosas sino en su materialidad. El mundo nos afecta directamente por la sensación, que produce una perturbación y un movimiento que va a hacer surgir algo nuevo en la tensión que origina entre cuerpo y discursos.
La propuesta es leer Lacan, Freud, Deleuze, Guattari, Foucault, Jean Oury, los estudios gay-lesbianos-trans-queer, los estudios culturales, etc., etc., etc., ver cine y arte contemporáneo y estar atentos a lo que pasa a nuestro alrededor. Con una metodología de trabajo que implique multiplicidad de voces, cuerpos e imágenes, con invitados de Corrientes y de otras ciudades, e intervenciones de participantes al seminario.

Alicia Larramendy