11 de junio
Vanesa Centurión y Alicia Larramendy
El cine es una de las
prácticas poéticas más concordantes con el psicoanálisis.
La proyección cinematográfica
desterritorializa las coordenadas perceptivas. La conmoción en la jerarquía de
las cosas se agudiza mediante «los movimientos en acelerado o ralentí. Los
caballos planean por encima del obstáculo; las plantas gesticulan; los
cristales se aparean, se reproducen, cicatrizan sus heridas; la lava repta; el
agua deviene aceite, goma, brea arborescente; el hombre adquiere la densidad de
una nube, la consistencia de un vapor, es un puro animal gaseoso, de una gracia
felina, de una habilidad simiesca. Todos los sistemas compartimentados de la
naturaleza desarticulados. No queda más que un reino: LA VIDA», escribe Jean
Epstein, cineasta de los pioneros, en La
inteligencia de una máquina, en 1946.
Cada vez que alguien crea un aparato, un
instrumento, éste a su vez recrea a su inventor y a lo que sigue. Una vez
inventado el lente astronómico, éste inventó las imágenes del cielo, que
obligaron a Copérnico, Galileo, Kepler, Newton y a tantos otros a pensar de
cierta manera y no de otra. Las lentes de los macro y microscopios elevan imagen
invisibles hasta entonces al rango de realidades sensibles.
De igual manera, el instrumento
cinematográfico remodela la época que lo ha concebido y de allí en más. Para
Jean Eistein el séptimo arte es un monstruo de novedad, de creación, cargado de
toda la herejía transformista del continuo devenir, él mismo en continuo
devenir, que pone en juego con su par nacido en épocas muy próximas, el
psicoanálisis, lógicas irracionales.
La máquina-cámara es preciosa para
sumergirnos en espacios donde los signos trabajan por sí mismos. Es muy
frecuente escuchar o leer a psicoanalistas sobre cine, que al transformarlo en
una narración, sólo se interesan en el contenido, el tema, como si fuera una
obra literaria. Y al actuar así desconocen que hay siempre, aún en las
películas más ganadas por el pensamiento dominante, un exceso de la expresión
sobre el contenido. Así pierden la riqueza propia del cine, hecho de eslabones
semióticos heterogéneos, de intensidades, de movimientos, de devenires, de
multiplicidades que desbordan los cuadrillajes significantes.
Practicar el psicoanálisis, escribe
Mayette Viltard, con el significante y sin el signo, y la estructura sin la
máquina, conduce a la insidiosa facilidad de pernepsi (neologismo acuñado por
Jean Allouch), gracias a la cual la neurosis se neutraliza-normaliza con el
Edipo, el psicótico va al hospital psiquiátrico a deteriorarse, y el perverso a
la cárcel para ser castigado.
Bibliografía :
Epstein,
Jean: La inteligencia de una máquina, Cactus, Buenos Aires, 2015.
Anne-Marie
Lugan-Dardigna: Klosowsky El Hombre de los simulacros, Atuel, Buenos Aires,
1993.
Deleuze,Gilles:
La imagen movimiento. Estudios sobre cine I, Paidós, Buenos Aires, 1984.
Paul
Klee: Teoría del arte moderno, Cactus, Buenos Aires, 2008.
Deleuze,
Gilles: Pintura. El concepto de diagrama, Cactus, Buenos Aires, 2007.
Michael
Foucault: La Prosa de Acteon, Ediciones del Valle, Córdoba, 1995.
Jacques
Lacan, Psicoanálisis Radiofonía y Televisión, Anagrama, Barcelona, 1977.
Horario: 9.00 a 13.00 hs.
Lugar: El Flotante, “Centro Cultural Siete
Corrientes”. Avda. Costanera y La Rioja (Muelle del puerto). Corrientes.
Inscripciones: $200; estudiantes $140.-
Organizan: Multiplicidades.
Psicoanálisis en interfaz / école lacanienne de psychanalyse.
psicoanalisiseninterfaz@yahoo.com.ar
http://psicoanalisiseninterfaz.blogspot.com
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