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9
de abril
Ramiro Gauna y Alicia
Larramendy
Desde su aparición la
fotografía cuestionó e interpeló a las otras artes -y no sólo a ellas- pues
como dispositivo de visibilidad produjo un movimiento de desterritorialización
de los discursos, que generaban un cerco o blindaje de seguridad, de las llamadas
disciplinas artísticas o bellas artes.
La foto, al ofrecer una mirada renovada sobre
los objetos, sobre el registro y la reproductibilidad, interfiere y disloca una
discursividad y una visibilidad de carácter hegemónico, que estampa sobre
nuestros aparatos del ver, del decir y del sentir, objetos puros,
incuestionables, enteros y eternos.
¿Qué se esconde bajo esta
apariencia de pureza?: el síntoma, la fractura, la grieta que permiten
descubrir o generar condiciones de posibilidad para la emergencia de tiempos
heterogéneos en la imagen, que van a contrapelo del discurso lineal de la
Historia (con mayúsculas).
Tomar la Historia a contrapelo
va de la mano de una mutación, una posibilidad de bifurcar las coordenadas del
tiempo, con la irrupción a veces violenta, en ocasiones imperceptible, de una
singularidad. La modalidad de operación es el montaje. Operación que interviene a través del desgarro, la fractura que el
montaje de la imagen permite, y a partir del cual, todo el abanico del tiempo
se abre ampliamente.
Didi-Huberman se pregunta ¿Qué
relación hay entre la historia y el tiempo que nos impone la imagen? A lo que
responde que la imagen adquiere
prominencia por sus movimientos de inagotables metamorfosis, por su aptitud
dirigida a proveerse de nuevas formas reacias a dejarse asimilar, además de
“perturbar y hacer recomenzar el pensamiento en todos los planos”. Esta forma de perturbación efectúa, en
palabras de Benjamin, un “dar vuelta la historia como a un guante”.
Siguiendo en ese campo de
cortes/montajes, imagen/representación, espacio/tiempo, se impone la pregunta
respecto de la posibilidad de reescribir o editar la historia (con minúsculas),
esa “otra historia” que subyace y sobrevive, como sobreviven e insisten en la
imagen los síntomas y las excepciones y que, sin embargo, demuestran su
fecundidad. Esta posibilidad de reescritura o edición propia de una historia
con minúsculas, desde una dimensión paralela o a contrapelo de la Historia con
mayúsculas, no será posible sin una lectura que desborde y permita desarreglar
el orden de los signos que circulan en determinado segmento de tiempo.
Frente a ello resurge el collage con toda su
fuerza de corte, separación y distancia
respecto al discurso ordenado de la Historia. En palabras de Foucault “saber,
no significa recobrar o recobrarnos. La historia será efectiva en la medida que
introduzca lo discontinuo en nuestro propio ser. El saber no está hecho para
comprender sino para cortar”.
Textos
Georges
Didi-Huberman:
“Ante el tiempo, la historia
del arte y el anacronismo de las imágenes”. Adriana Hidalgo editora, 2008.-
"Cuando las imágenes toman posición".
Machado libros, 2008.-
Jean-Louis
Déotte, “La época de los aparatos”. Adriana Hidalgo editora, 2013.-
Walter
Benjamin, “Estética de la imagen”, La marca editora, 2015.-
Félix
Guattari, “¿Qué es la ecosofía?, Cactus, 2015.-
Roland
Barthes, “La cámara lúcida, notas sobre la fotografía”, Paidos Comunicación,
2011.-
Frédéric
Rambeau: «La grieta de la immanencia», divanes nómades 2, Una cultura del
disenso, Córdoba, 2015.
Jacques
Lacan, «RSI», sesión del 8 de marzo de 1975.
Horario: 9.00 a 13.00 hs.
Lugar: El Flotante, “Centro
Cultural Siete Corrientes”. Avda. Costanera y La Rioja (Muelle del puerto).
Corrientes.
Inscripciones: $160; estudiantes $110.-
Organizan: Multiplicidades.
Psicoanálisis en interfaz / école lacanienne de psychanalyse.